Natalia Bermúdez, la primera directora en ganar dos Arieles en un mismo año, me habla de Norte

Uno de los conceptos más cercanos a mi corazón es el de los cuidadores, al ser una personas que tiene que ver por un integrante de la familia, apoyarlo y que ha vivido de primera mano como el eje de todos se vuelve un enfermo, Norte me hace sonreír, no por la temática que aborda, sino por darle visibilidad a aquellos que hacen todo por alguien más.

En el documental, seguimos la vida de Rodrigo, un joven que ha tenido varios problemas relacionados con las drogas, y que a través de la sanción busca superar sus adicciones, una historia contada por su propia hermana, la directora Natalia Bermúdez con quien me senté a platicar.

Durante la entrevista, me revela lo importante que ha sido para ella ser parte de la Selección Oficial Largometraje México de la 26ª edición del GIFF, y de la edición 18 de DocsMX.

Natalia Bermúdez
Natalia Bermúdez

¿Cuéntame cómo te siente de presentarnos tu ópera prima, una historia tan cercana que seguramente ya querías que todos viéramos?

No siempre quise estudiar cine, fue algo que descubrí cuando estaba en la preparatoria. No soy una chica cinéfila que desde morrita veía muchas películas, digamos que mis sueños se fueron planteando más en el camino. Por ejemplo, aún no entiendo muy bien los festivales, ni cómo funcionan o cuáles son los que debería de desear. Ahora un poco más, pero entrando a la escuela no entendía. Me siento muy contenta, me parece muy bello poder decir soy una directora de cine, ya con orgullo, porque antes era difícil, cuando me preguntaban, sentía que creían que era una pesada por decirlo, como si no tuviera el derecho de decir que era cineasta y creo que ahora con esto ya puedo decirlo.

Norte nos habla mucho de la familia, de estas cosas que no siempre nos gustan, que le ocultamos a la gente. ¿Fue fácil o difícil contar una historia así de profunda, que además es tuya?

Fue fácil en el sentido de que las cosas pasaron, no tuve que hacer mucho para que ocurrieran. Creo que mi familia fue súper generosa con su honestidad, en realidad nunca nos pusimos una máscara de nada, solo fuimos, por eso fue fácil, fue natural. Todo el proceso que le ha seguido sí ha sido como bastante complicado,  el empezar a entender qué fue lo qué hice con esa película, darme cuenta que era algo muy duro, que porque claro, era un problema que mantuvimos oculto mucho tiempo y de repente ya estaba completamente expuesto.

Es que hay frases que calan, ¿no? Cuando te das cuenta de que esa persona sí lo está diciendo en serio, que no es un guión, que no es frase hecha, sino que caló de verdad, ¿seguro fue muy impactante de ver para ustedes?

Totalmente. Yo creo que se alcanza a ver que no hay nada actuado ahí, ni nada puesto. Hay frases muy muy potentes, y son completamente reales.

¿Cambió la relación que tenías con tu familia de alguna forma? ¿O en algún punto hubo alguna situación con la que pudieron abrirse después de Norte?

Fue, sin querer queriendo, un detonador en mi familia, como ocurre en algunos eventos sociales, como las bodas, que son como detonadores de cosas ocultas y de conversaciones. En este caso, en vez de eso fue la decisión de hacer una película y el traer una cámara al interior de mi familia. Creo que eso fue una parte importante del proceso de sanación, se generó un movimiento cuando llegó esa cámara, nos hizo empezar a cuestionarnos muchas cosas y empezar a voltearnos a ver entre nosotros.

No es lo mismo hacer un documental de una persona que no conoces, o llegar a una comunidad, levantar la imagen y la historia. En este caso, ¿cómo fue para ti ser como las dos partes? Tanto ser la directora de Norte, como también formar parte.

Fue un proceso medio de personalidad múltiple. La mayor parte del tiempo fui la hermana y la hija, pero de repente, claro, yo estaba haciendo una película y necesitaba que hubiera una cierta estructura, que pudiera ser algo que se pudiera proyectar y que emocionara a un espectador, pero a mí ese juego entre el hermano y la directora me parece de una de las cosas más bellas de la película, me parece que es de las cosas que hacen que Norte sea compleja. Fue difícil porque todo me afectaba muchísimo, y tenía que, de alguna forma, estructurar ese dolor y darle forma. Ese proceso fue complicado, pero al mismo tiempo siento que fue de muchísimo aprendizaje. Me enseñó muchísimas cosas que ahora aplicaré en la ficción.

Me encantó que abordaras el tema de los cuidadores, porque siento que nadie los toma en cuenta. El problema es uno y eso se vuelve el eje central de la familia. En mi caso lo he vivido y es como si todos los demás no existiéramos, nada más esa persona. ¿Cómo fue para ti verlos a ustedes como esta familia amorosas y poderosas que han acompañado a Rodrigo?

Verlo en mí todavía me cuesta trabajo, aunque sí he acompañado a Rodrigo, creo que mi madre y yo hemos sido las que más lo hemos acompañado en este proceso, pero a mí, la película me ayudó a ver a mis papás como cuidadores supremos, llenos de amor, y como Rodrigo también es una persona muy llena de amor, y aunque claro, pareciera que él es el eje, y pareciera que esta es una película de Rodrigo, en realidad es una película de toda una familia.

Natalia Bermúdez ganó en la última entrega del Ariel 2024 el galardón de dirección por su cortometraje de ficción Apnea, y el documental Norte, haciendo historia al convertirse en la primer persona en lograr dos premios.

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