Regalo de Amor llegará a la pantalla chica en junio, pero María Penella Gómez ya está por iniciar su trabajo como directora de la obra Nada Extraordinario
A María Penella Gómez le brillan los ojos cuando habla de lo que la mueve: la actuación, la música y ese equilibrio que busca entre su vida personal y profesional.
Actualmente, la actriz se prepara para el estreno de la telenovela Regalo de Amor, en donde interpreta a Tomasa, “la mucama de la mansión De la Vega”, como ella misma la describe, en lo que será su primer proyecto de comedia para la televisión nacional.
“Estoy muy emocionada de cómo lo vaya a recibir el público”, confiesa Penella, quien ha hecho comedia en teatro y series, pero nunca en un proyecto televisivo de esta magnitud.
“Tomasa es muy derecha la flecha, no se complica mucho. Si quiere algo, va por ello, y si no lo consigue, le duele, sí, pero no se entretiene en andar llorando. Va a lo que sigue”, revela.

Ya era fan de las telenovelas
Como muchos en México, María creció viendo telenovelas. “Yo fui súper fan de Aventuras en el Tiempo, Cómplices al rescate… esas enormes telenovelas de la señora Rocío Campo”, recuerda con una sonrisa.
Aún hoy, asegura, hay canciones de esas series que se sabe de memoria. “Me encantaba esa idea de la pandilla de niños, seguir sus aventuras y sentirte parte de ellas”.
Pero el verdadero cambio llegó a los 13 años. “Tuve la oportunidad de hacer una audición para una obra profesional: El Violinista En El Rejado, con Pedro Armendáriz. No hubo vuelta atrás”, dice.
Ver cómo subían y bajaban telones, entraba y salía utilería y escenografía, la fascinó.
“Siempre me ha gustado mucho la música, y esa obra era musical, entonces ahí fue donde empezó realmente el bichito.” Desde entonces, su camino fue claro.
“Nunca me detuve”, dice. Talleres de teatro musical durante toda su adolescencia, una segunda obra profesional a los 17, y después, el momento de decidir carrera.
“No fue obvio decir: ‘voy a estudiar actuación’. Siempre estaba esa voz que te decía ‘¿y de qué vas a vivir?’”. Pero haber visto a sus compañeros “escoger carreras, ir a castings, quedarse o no, hacer comerciales”, le mostró que era posible vivir de su pasión.
Finalmente, estudió actuación en Inglaterra. “Y en 2014 me regresé a México a picar piedra, a talacharle, a empezar en esta linda carrera”.
El rechazo constante… y cómo seguir
En ese largo camino, María también ha conocido el rechazo. “El teatro musical tiene una presión durísima: no puedes equivocarte, todo tiene que ser perfecto”, afirma.
Precisamente de esa dureza habla Nada Extraordinario, el musical que dirigió y que reestrenará este 17 de abril, en una corta temporada que llegará a su fin el día 27 de este mismo mes.
“Es un unipersonal basado en la vida de Jorge Viñas, que cuenta esa historia de querer renunciar a los musicales después de tanto rechazo, del síndrome del impostor”, explica.
“Es un homenaje al teatro musical, una carta de amor-odio”. Aunque en Nada Extraordinario no actúa, María ha disfrutado su faceta de directora.
“Estoy detrás de bambalinas, acompañando el trabajo de Jorge, que la verdad es entrañable”, dice.

Cambios generacionales en la industria
María ha visto cómo la industria del entretenimiento ha cambiado. “Antes no se hablaba del balance entre la vida profesional y personal. Era casi un pecado dedicarle tiempo a no ser una celebrity”, señala.
Ahora, figuras como Kieran Culkin —con quien dice compartir filosofía aunque no lo conoce personalmente— visibilizan esa necesidad de equilibrio.
“Me encanta que esté cambiando. Hay espacio para hablar de ser papá o mamá y no por eso dejar de ser actor o actriz”, dice convencida. “Y no solo en nuestro gremio, sino en muchas profesiones. Es importantísimo tener una vida aparte del trabajo”.
Para Penella, es fundamental desacelerar. “Yo estoy justo en medio de los millennials y sí, la presión de ser la fuerza laboral del país la siento todos los días. Pero por eso tenemos que aprender a trabajar de forma diferente, a balancear nuestra vida porque vamos a seguir trabajando muchos años”.
Aunque sabe que el capital y el nivel de vida de figuras como Culkin facilita esa conciliación, espera que poco a poco esa visión se replique en más niveles de la sociedad.
Lo que sigue para María Penella
Además de su participación en Regalo de Amor y la dirección de Nada Extraordinario, María sigue apostando por una carrera que respete tanto su pasión por el arte como su bienestar personal.
No es fácil, reconoce, pero sí necesario: “Claro que hay que seguir trabajando, claro que hay que seguir creando. Pero no hay que olvidarnos de vivir”, dice, haciendo eco a esa Tomasa que interpreta y que, de alguna manera, le ha enseñado a ir por lo que quiere, pero también a seguir caminando sin detenerse demasiado.