Este 15 de julio, el actor y comediante Damian Cervantes, se presentará en La Teatrería a las 8:30 de la noche con la obra Conejo Blanco, Conejo Rojo
Ser uno de los rostros más populares de TikTok, ha catapultado a Damian Cervantes a la fama en México, pero detrás de todo ese glamour de las redes sociales, ha habido trabajo duro, desde estudiar actuación por años, hasta improvisación.
Como él me cuenta en la conversación vía zoom que tuvimos, todo lo que ha vivido en su carrera como comediante le ha dado herramientas para subirse a un escenario tan importante como el de La Teatrería, en donde lo veremos dar vida a un misterioso personaje.
En Conejo Blanco, Conejo Rojo, el actor que sube al escenario no tiene muy claro la historia que nos va a contar, por lo que la magia que vive el público se va construyendo paso a paso, terminando en una reflexión absoluta sobre la vida misma.

Filmatronik: ¿Qué te motivó a hacer comedia, y cómo has visto la evolución de tu trabajo en estos años?
Damian Cervantes: Yo tengo 33 años actualmente, y desde los 16 empecé a estudiar teatro. Al siguiente año ya entré un poco más al medio, y de ahí me seguí con compañías independientes, en algún momento estudié en una Escuela de Bellas Artes dos años, y estuve en teatro durante un tiempo de mi vida hasta que, como eran compañías independientes, ya no era algo redituable, fue cuando decidí abrir mi canal. Me alejé completamente del teatro como por 12 años, o sea, mucho tiempo, y aunque intermitentemente siempre he estado en el escenario, y nunca pensé regresar a hacer teatro, al menos, no sabía cuándo iba a haber la oportunidad, y ahora que se dio para mí es muy bello, porque siento que estoy regresando esa etapa en la que amaba estar en el escenario e interpretar. Este es un reto muy diferente a lo que regularmente estoy haciendo, pero siento que es una oportunidad muy bonita para para poder regresar a hacer cosas en en el teatro, me encanta.
F: Siento que que el teatro tiene algo bien bonito que es obviamente la conexión inmediata con el público, algo diferente a lo que tú eres acostumbrado. Claro, te mandan mensajes, te ponen comentarios, pero a veces muchas veces los que se animan a poner comentarios a veces son los haters, no la gente que te quiere, no la gente que le gusta tu Cierto.
DC: Lo bonito en este caso es que la gente va a verte a ti específicamente, porque no es como que alguien diga, “ay, voy a pagar un boleto sin saber a quién voy a ver”. Entonces, creo que la gente ya conoce tu esencia, y a veces es más difícil como actor porque la gente tiene expectativas sobre ti, y cuando no conoce tu trabajo, no la tiene, no piensa en si lo vas a hacer bien, o mal, lo va a disfrutar y ya, porque para eso está yendo a a ver ese producto. En este caso quiero sentirme en confianza de la gente que me está consumiendo, la gente que ve mi comedia, mi mi personalidad, mi contenido, creo que para mí es como una zona bonita donde puedo ser yo entre comillas y y decirles, “aquí está lo que vengo a hacer con ustedes. Quiero disfrutarlo y quiero pasarla bonito”. Creo que eso es lo más bonito de poder regresar al teatro, de vivir este arte que es vivo, y conectar con esas personas que están del otro lado, no sé si se va a romper la cuarta pared, pero si sí, pues tendremos ahí toda la disposición para poder hacer magia. Me gusta mucho poder tener contacto con la gente porque, como lo decías, si no se conecta contigo, puede que esté seria, puede que no tengas un ritmo, puede que no haya una energía, no haya esta conexión y entonces se convierte en una barrera y entonces se convierte en un obstáculo, pero el poder saber que la gente lo está disfrutando de forma inmediata, te da como más como más garra para decir, “ah, voy a hacerlo chingón. A ver, vamos vamos vamos agarrando buen camino”. Va a estar padre, siento que va a estar muy bonito conectar con mi público. Puedo decir que, formalmente, es como el primer espacio en el que me voy a presentarme en un show, y la verdad lo he postergado demasiado. Las veces que me he presentado con comedia, con cosas en el escenario, no ha sido solo, siempre es como con grupitos, o para abrirle a alguien, cositas así, pero específicamente creo que este es mi espacio y me gusta mucho.
Filmatronik: ¿Crees que hacer videos con personajes de forma tan espontánea te ayudará con Conejo Blanco, Conejo Rojo?
DC: La verdad es que a diferencia de otras personas, yo trabajo mucho con personajes, y creo que eso es un reto, no digo que no lo sea para quienes los que no tienen personajes, eso no lo sé, pero yo puedo ser Damián, puedo ser Nayeli, puedo ser gerente, puedo ser otros personajes que la gente consume, o Demi, con quien también tengo una fluidez de género. Para mí es difícil tomar esa decisión de saber qué quiero presentar, porque no sé, aparte soy de las personas que cuando entran en personaje, no me salgo. Entonces, no es como que diga, ahorita voy a hacer a Nayeli y me ponga una peluca y me la ponga y ya, porque me gusta vivir la magia con la gente. Si entra Nayeli va a entrar Nayeli y va a ser Nayeli toda la función hasta que termine, y así con cada personalidad con la que pueda entrar al escenario. Realmente lo he estado meditando, pero tampoco hay mucho, no me ayuda como a decidir hacia dónde quiero orillarme, porque pues no sé, como también puedo ser muy irreverente, pero también ser más barrio, folclórica y así. Para mí, no tener el control es difícil, porque es como para dónde me voy. Sí, quiero hacerlo, me encanta, amo la idea, está increíble. Pero qué, cuál es la decisión correcta que tengo que tomar. Para mí, esta decisión es muy importante porque lo que busco es que la gente salga y diga, “Wow, me la pasé chingonsísimo, qué padre”, o salga pensando, salga comentando la obra, eso sería lo más chido.
Ver esta publicación en Instagram
F: Siento que Conejo Blanco, Conejo Rojo es como una clase de actuación, en la que puedes sacar tu esencia, tu arte.
DC: Exacto, es que como dices, es parte de la esencia de las personas y los matices que le quieras dar a tu vida y eso es lo que reflejas. Creo que el poder construir personajes me permite tener esta gama de posibilidades de interpretar diferentes ángulos de la vida, que a lo mejor en mi vida real no tendría, por ejemplo, hay cosas clasistas que un personaje de los míos podría decir, y podría hacer una crítica social que no necesariamente yo diría abiertamente. Creo que eso es lo bonito de poder tener herramientas donde puedas explorar la actuación. En algún momento llegué a tomar clases de improvisación y algo que aprendí es que no hay reglas, no hay cosas bien hechas ni mal hechas, tienes que aprender a recibir todo lo que venga. Sea malo, sea bueno.
F: ¿Y a través de esto, de esta improvisación y de todo lo que has aprendido como actor, fue cómo construiste los personajes como Nayeli o cómo llegaron a tu vida?, ¿te inspiraste en alguien?
DC: Yo soy de Iztapalapa, ahí viví toda mi vida hasta hace un año, así que muchos de mis personajes están creados en personas reales, pero no hay una persona específica. El arquetipo o la la personalidad sí está muy marcada sobre mi familia, obviamente, el gerente y algunos, son rostros que que sí existen en la vida, no completamente porque también tienen rasgos míos, que también es otra cosa muy importante. Hay veces que la gente dice, “ya te consumió el el personaje”, y yo digo, “pues no, pero pues también soy así”, también no es como que pueda decir que no existe una parte de mí en Nayeli, al final vengo del barrio, sigo siendo de allá y muy orgullosamente.